El 7 d’octubre de 1991 el diari EL PAIS publicava aquest article:
La movilización en Croacia desata la guerra total
Fuertes bombardeos artilleros de las ciudades de Sisak y Karlovac, al sur de Zagreb; la caída, al menos parcial, de la ciudad croata de Vukovar en manos serbias, y numerosos ataques aéreos sobre ciudades costeras y suburbios de Zagreb, dejaron ayer meridianamente claro que se ha impuesto la lógica de la guerra en Yugoslavia. Ambas partes parecían ayer dispuestas a que las armas decidieran la correlación de fuerzas en los próximos días.
Al diari La Vanguardia del 25 d’octubre de 1991 es pot llegir:
SUCESOS
Cae “Orteguita”, el preso que se fugó de la Modelo por la puerta principal
BARCELONA. – Manuel Ortega, “Orteguita”, el preso que se fugó el pasado 14 de septiembre por la puerta principal de la Modelo, fue detenido ayer en Sabadell. “Orteguita”, también conocido como el
“rey de la pirula”, ingresó en prisión para cumplir una pena de dos años, cuatro meses y un día y consiguió nada más llegar -algo insólito para alguien que no sea él- que le dieran un puesto de confianza.
Manuel Ortega, que ha engañado a todo el mundo, policías con brillante historial incluidos, fue juzgado una vez por “un feo asunto de faldas” y logró que lo absolvieran. Cuentan que, a la salida del juicio, con lágrimas en los ojos, le dijo a su defensor lo más bonito que pueda decirse a un abogado: “Lo ha hecho tan bien que hasta yo me he creído que era inocente”. El letrado era Juan Antonio Roqueta, penalista y profesor de la Escuela de Práctica Jurídica. El viernes 13 lo vio en la Modelo y le dijo que se interesaría por su caso. Al día siguiente, “Orteguita” lo llamó a su despacho y le pidió “que no se preocupara. Ya me he ido, ¿sabe?”. Días después, “el rey de la pirula” telefoneó a otro amigo al que quería ver. El amigo sólo accedió después de jurar por todos los santos que no le daría ni un duro. “Orteguita”, al que toda la Jefatura buscaba, se presentó tan tranquilo, disfrazado de “currucucú”, de currante: con una bata azul, su mostacho y su cautivadora sonrisa. Al final, al amigo le “piruleó” 10.000 pesetas.
