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Article de Luis García

Skopje | Macedonia del Norte

Skopje, capital de Macedonia, conocida actualmente como Macedonia del Norte, es una ciudad repleta de diferentes contrastes tanto de cultura, religión, costumbres y estética. Lo que llama la atención, es sobre todo lo que vemos por fuera:

“Una ciudad llena de una historia en proceso de reconstrucción.”

Como podemos saber, en 1963, Skopje sufrió un terremoto de grado 6.1, el cual provocó más de 1000 muertos, más de 3000 heridos y entre 120 000 y 200 000 personas sin hogar. Entre el 75% y el 70% de la ciudad fue destruida. Y hoy en día se puede apreciar, ya que a pesar de haber pasado unas décadas, sigue recuperándose. A pesar de ello, Skopje conserva grandes valores históricos basados en la naturaleza. Por ejemplo, cuenta con la cueva más profunda de Europa (Y ni si quiera han llegado a comprobar la totalidad de su profundidad).

En el tema de la religión, los ciudadanos de Skopje se lo toman en serio, pudiéndose comprobar así con monumentos elaborados por la mano del hombre en homenaje a la religión cristiana.

Situándose a lo alto de la montaña de la ciudad, podremos contemplar la grandiosa cruz cristiana que se puede visualizar prácticamente desde cualquier punto de la ciudad. ¡Y desde cualquier momento! Ya sea de día o de noche, esta cuenta con un sistema de luces que la hacen relucir en su totalidad. Y también podemos visitarla gracias a un teleférico que nos podrá elevar hasta ella desde lo bajo de la montaña.

Y a parte de las costumbres religiosas de la ciudad, si eres amante de la fotografía, podrás encontrar escenarios muy retro a los cuales capturar, ya bien sea con smartphone o cámara. Además, la experiencia gastronómica es extraordinaria, ya que por un precio bajo (en comparación con el Euro empleado en la unión europea), podremos optar por grandes cantidades de comida, y muy apetecibles.

Personalmente he de objetar que, para venir a un país como este, sin previa experiencia en este tipo de proyectos, va a ser una total aventura (¡pero eh!, menuda aventura) Los compañeros de piso con los que he compartido la experiencia, para ser unos desconocidos al principio, acabamos disfrutando juntos el proyecto y con muchas, pero muchas ganas de repetir.

La experiencia en las empresas también ha sido positiva en todos los sentidos y a todos nosotros, ya que al ser empresas que quieren/aceptan participar en este tipo de proyectos su mentalidad esta adaptada a nuestras necesidades, por tanto, te sientes como “en casa”. Sinceramente, le he cogido cariño a Skopje para el poco tiempo que he estado, y no solo a la ciudad en sí, sino a la gente que me ha acogido en este periodo de tiempo. ¡Ya tengo ganas de volver!