Hem tancat la Setmana Cultural amb el Taller d’escriptura creativa

Una de les activitats programades durant la setmana cultural ha estat un taller d’escriptura creativa dinamitzat pel Juan Sánchez Enciso.

En primer lloc hem creat microrelats a partir d’una proposta en la que se’ns demanava continuar l’inici d’un text. Llegiu a continuació les variades continuacions que han surgit…

 

Arturo, el joven malabarista argentino que vive de lanzar al aire teas encendidas. La última…

 

… siguiendo la estela de la luz de la tea, descubrió un gran letrero: duros a cuatro pesetas.

Ésta es mi solución, -se dijo-.

 

… sube pero en otra dirección y va a parar a la ventana de un segundo piso. Allí la recoge María, y le da las gracias porque le acaban de cortar la luz.

 

… la lanzó con un ímpetu inusual en él. había estado pensando en todo lo acontecido aquella mañana lluviosa y por un momento su pensamiento no estaba con sus manos.

¡Ey! le gritó un niño… ¿Dónde está la llama? y volviendo de su ensimismamiento, se dió cuenta de que la última tea no había caído al suelo.

 

… tea subió y subió hasta desaparecer en el infinito cielo. Arturo piensa si lanza la tea que tiene en la otra mano. Su medio de vida puede volver a desaparecer sin que nadie pueda ayudarle.

 

… de todas estaba apagada. Fue tanta la frustración que dijo: me vuelvo a Argentina y me dedico a otra cosa.

 

… cayó a sus pies. El semáforo se puso en rojo, el coche paró. Todos miraban pero pasaron de él. Es semáforo se puso verde.

 

… desvela una situación engorrosa que aporta un misterio nada comprensible. Es una forma de entender la desgracia nada halagüeña. Se le escapa y la trayectoria que sigue alcanza a un niño que al cogerla salva a una niña que cruzaba en aquel momento. Y la tea se apaga.

 

… tea encendida tuvo el infortunio de caer sobre su propia cabeza quemando su melena llena de rastas. ¡Pobre Arturo la que lió! Y es que cuando Arturo hacía malabarismo en mitad de toda la circulación, parada por descontado, se entregaba mucho en su tarea de lanzar teas.

… de las teas no baja y es agarrada por un perro que salta y la coge, la apaga y ladra.

 

… va a parar sobre el capó de un descapotable. El conductor cierra los ojos instintivamente y se protege con sus manos. Sorprendentemente la tea se apaga antes de caer. A partir de entonces, se negó a entretener a alguien que no estaba dispuesto a entender el arte del malabarismo.

 

Una altra proposta del taller ha consistit en escriure un microrelat a partir d’alguna experiència viscuda, que per un motiu o altre, hagi estat especial.

 

I s’han escrit els següents:

 

Sus abuelos engordaban un cerdo para tener despensa para todo el año. A veces, sólo a veces, su abuela les ponía jamón para comer. Yaya, ¿tu no comes? No , es que no me gusta mucho. Han pasado años y ya de mayor con hijos y nietos aquel niño hoy tampoco come jamón y es que no les gusta mucho.

 

Me prestaron un coche, tuve un pinchazo y no tenía ni rueda ni gato. Se paró un aldeano para interesarse en lo que me había pasado. Me dijo que no me preocupara, que ahora volvía. Me trajo una rueda y me la cambió.

 

Cuando todo era para mi de color de rosa, cuando la vida era maravillosa, recibí un gran palo. Mi vida cambió al completo. Pensé que todo había acabado para mi. Qué equivocada estuve pensando que no volvería a ver la luz que antes me iluminaba. Ahora pienso que no hay mal que por bien no venga. La vida sigue.

 

Me quité los anillos para irme a dormir. Los dejé en una repisa y golpee un bote que estaba allí y de rebote cayeron los anillos. Uno lo recuperé, el otro no lo encontré. Era como si se lo hubiera tragado la tierra. A mi eso me impactó mucho porque parecía como cuando un mago hace magia.

 

El coche dio tres vueltas de campana, un árbol lo paró. Menos mal que no paso nada a los que iban dentro. Lo malo fue que tuve que ir a barrer el monte para recoger los cristales puesto que había vacas y si les pasaba algo, las hubiera tenido que pagar.

 

Pensaba tener un hijo soltero para toda la vida. A sus 42 años llega un día y me dice de sopetón: Mama me caso. No me imaginaba que casar un hijo fuera tan caro. Me hubiera salido más barato que siguiera soltero.

 

El autocar se despeñaba sin freno ladera abajo. La gente gritaba aterrorizada. Si no fuera por la gravedad de la situación, cerrando los ojos pensaría que estábamos en una atracción de un parque temático. Mi vida pasó delante de mí como en una película antigua. Esperaba el golpe final que nunca llegó. Un roble centenario paró nuestros miedos en el mejor instante de mi vida.

 

Una tarde la vi abatida, trémula, cansada. Era el momento de su más indeseable consecuencia. Jamás supe comprender su desvelada actitud.

 

Una pareja se estaba abrazando y lloraba desconsolada ante la tumba del “santet”. La mujer que se encargaba del cuidado de la tumba, se giró lentamente y mirando a la pareja se dirigió a la pareja y les dijo: sé que aún no tiene 20 años, y que tú no eres su madre, pero todo irá bien, no lloréis más.

 

Sí quiero. ¡Pues yo no! Marta salió hacia la playa, se bañó, siguió leyendo y se fue al cine.

 

Una de las cosas que tengo en mi recuerdo. Cuando era niña al colegio que iva, nos hacían cantar en el patio el ” Cara al sol” eso para mi fué complicado, pues  Dña. Luisa, nos hacía poner firmes y serias. Yo no podía ponerme seria y el castigo era no salir al recreo durante una semana.

Agraim al nostre col·laborador la seva ajuda i la seva participació per fer possible una educació al llarg de la vida veritable i de qualitat.

Aquests han estat els nostres participants

 

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