Este señor que veis aquí “volando” es Fernando Marías, el último premio Biblioteca Breve, uno de los premios más prestigiosos de nuestro país, dotado con 30. 000 euros por su última obra, La isla de mi padre (Seix Barral).
Este señor, que no tiene carnet de conducir y lo más parecido que ha visto con ruedas “es la bicicleta estática anclada en mi habitación” , “volaba” en el escenario del Centro Cívico de Can Rull para explicar a los alumnos de 4º de nuestro Instituto cómo se le ocurrió escribir la novela que hemos leído este trimestre, Cielo abajo.
Dice nuestro autor que no se le ocurría gran cosa para su novela y que buscaba la “chispa” que encendiera su historia de aviadores. Su instinto de escritor lo llevó a un aeródromo donde alquiló una avioneta para “sentir” la experiencia de pilotar. A ver si por ahí alguna Musa… Lo demás, una historia desternillante: alquiler de la avioneta desvencijada y temblorosa; un monitor de vuelo a la altura del aparato; el escritor pilotando, primero con miedo y luego bajo estado de hipnosis: “ahora hacia la derecha, luego hacia la izquierda”. El invento funcionó, hubo “chispa” y le salió una novela ambientada en la Guerra Civil, con un escritor que recibe un libro con tapas verdes (de ahí nuestro regalo con frases de nuestros alumnos) y una voz, la de Joaquín Dechén, que nos explica “su” Guerra Civil y su paso por tres generaciones de mujeres, las tres Constanzas.
Nos felicitamos por contar una vez más con su presencia y lo felicitamos por su último premio.
Posdata. Me explico por las tres M. del título. Nuestro Instituto mantiene una relación muy estrecha con la literatura, los escritores y sus premios. Llevamos en nuestro haber tres encuentros con sendos escritores laureados: dos Cervantes y un Biblioteca Breve. Por orden, Matute, Marsé y Marías (véanse todos ellos en esta página web).
Que siga la racha: el año que viene nos pedimos tres “M” más: Mendoza, Merino (Olga) y Marías (Javier).
