Una mañana de primavera, un grupo de rapsodas de cuarto llegaban a las aulas de primero de ESO con un ramillete de poemas. Con este sencillo gesto celebraban el Día Mundial de la Poesía.
Me aburro. ¡Qué aburrido estoy! Este fue el inicio de un periplo poético que de puntillas iba de lo trivial al juego para echar el ancla en la senda de nuestras emociones.
“¿Y qué más?
¡Mi corazón en el tuyo! ”
Gracias, chicas y chicos, por compartir ilusión.
Departamento de Lengua Castellana