EL POZO
Desde que mi tío me explico esa historia no he vuelto a cruzar ese pasillo…
Hace unos cuantos años, entre dos casas de pueblo, había un callejón con un famoso pozo. Cuando esas dos casas se vendieron esa calle se partió en dos, la mitad para cada casa: el pozo quedó para la de la derecha, para la que ahora es la de mi abuela.
Ese pozo era tan famoso porque unos años atrás un niño de mediana edad cayó dentro de él. El pobre niño murió al caer. Fue pasando el tiempo María y Felipe dueños de esa casa fueron teniendo hijos, en concreto ocho. Las dos hijas más grandes se casaron más pronto, al casarse se marcharon de casa de sus padres para formar sus vidas y criar a sus futuros hijos. La tercera hija se casó más tarde y tuvo un hijo al cual le puso David. Por circunstancias los padres de David se separaron. El y su madre se fueron otra vez a casa de los abuelos a vivir.
David creció y empezó a ir a la escuela, todo iba bien hasta que David, le dijo a su madre que un niño le perseguía por casa, no le dejaba dormir y hasta le obligaba a jugar con él. Fueron a contárselo a la abuela, ella dijo que no se preocuparan que serían alucinaciones suyas. Fue pasando el tiempo y David dejó de oír a ese niño. Pero entonces, el tío de David, que tenía unos quince años, empezó a ver algo que nunca se habría imaginado: un niño de cartón. Su estatura era la de un niño de unos ocho años y muy delgado. José el hijo menor rápidamente fue contárselo a María, su madre.
María asustada, porque ya no era normal, recordó la historia del pozo. María como era muy creyente, se encerró en una habitación y se puso a rezar. Ella mientras rezaba dijo: si dejas en paz a mi y a mi familia te prometo, cada año, el dia de los muertos te pongo cuatro velas para que descanses en paz…
Y así lo hizo. Fue pasando el tiempo, la familia fue dejando de ver cosas tan estrañas. Y así poco a poco y año tras año todo volvio a la normalidad.
