El pasado miércoles hicimos un taller sobre la momificación. Vino una experta del museo de arqueología a explicarnos cosas del antiguo Egipto.
Para empezar, nos dieron un papel con la traducción de nuestro alfabeto al jeroglífico y tuvimos que escribir nuestro nombre. Cuando acabamos, cogimos un trozo de papiro para escribir otra vez nuestro nombre. Ya con nuestros nombres escritos, hicimos un círculo en el suelo y empezamos a hablar de la momificación.
La experta había traído una momia para recrear lo que hacían los habitantes del antiguo Egipto en sus rituales funerarios
En primer lugar, hacían un corte en el lateral izquierdo del abdomen para ir sacando poco a poco los diferentes órganos por ahí; los que sabían para qué servían los metían en vasos canopes -una especie de frascos que representaban diferentes dioses donde se guardaban algunos de los órganos-, los demás órganos -los que no sabían para qué servían- los tiraban a la basura. El cerebro lo sacaban por la nariz poco a poco con una especie de alambre con una curva al final, y como que aún no sabían para qué servía, lo tiraban.
A continuación, se le ponían una especie de amuletos por todo el cuerpo. Por ejemplo, ponían como escarabajos pequeños por todo el cuerpo, uno más grande en el corazón y el ojo de Horus en el corte del abdomen para que sanara más rápido.
Más tarde, se vendaba el cuerpo cuidadosamente para luego ponerle al faraón una máscara con su cara.
Para finalizar, se metía al faraón en el sarcófago, y se ponían joyas y comida junto a él para que no les falte de nada en el más allá. Curiosamente, si al faraón le faltaba alguna parte del cuerpo, se la ponían de madera, para estar completo en el más allá.
El taller me gustó mucho y fue muy interesante, espero que vuelvan a hacer algo similar, o que cada viaje, al principio, venga un/a experto/a a explicarnos las cosas más conocidas del momento, más o menos similar a este taller.
Mario Cardona Sesa, Aire, 1º ESO
