Ya se fueron. Los tuvimos durante tres meses en nuestras aulas. Especialmente en las de 4º. Han convivido con Sofía y Oriol, en sus casas, en sus comedores, pero han vivido con muchas otras personas, la mayoría de su edad. De todas han aprendido algo, ¿cómo no? De todas se llevan un pedacito y en todas se queda una parte de ellos.
Léanne y Arnaud llegaron un día soleado de septiembre, bajo un sol de justicia, se acomodaron con sus nuevas familias, no lejos del centro, y entraron en nuestras rutinas con entusiasmo y curiosidad. Representan la primera parte del intercambio en el que participa nuestro instituto con Québec. Dentro de un mes, serán los nuestros los que tomarán el avión y pisarán tierras lejanas, blancas y heladas, que no frías, puesto que ahora ya sabemos que el paisaje quebequés también es hermoso gracias a sus gentes.
Caracterizados por su madurez, su capacidad comunicativa, especialmente en algunas clases (y no siempre de acuerdo con la temática de turno) y también por su generosidad y tolerancia, Léanne y Arnaud se fueron el pasado fin de semana.
Para celebrar el encuentro en clase de francés jugamos, reímos, conversamos y nos hicimos alguna que otra foto, que no podía ser más bonita.