El Test de Cooper consiste en correr 12 minutos seguidos y conseguir alcanzar el máximo
número de vueltas posibles. Si no puedes correr, tienes la opción de andar, pero la
cuestión es no parar en los doce minutos.
Para empezar, los alumnos se pusieron en parejas para contar las vueltas de su compañero.
Después de que marcaran el recorrido, el primer grupo empezó a correr. Mientras
unos corrían, otros andaban, unos más rápidos y otros más lentos. Sus compañeros y la
profesora iban anotando cada vuelta, y así hasta que terminaron los 12 minutos y era el
turno del otro grupo.
Cuando terminó el siguiente y último turno, pudieron descansar mientras la profesora repasaba las vueltas. Después tuvieron tiempo libre hasta que acabó la clase.
Noticia redactada por Laia Requena, Carlota Valero y Abril García
