“Establecer la igualdad política de la mujer y del hombre en el estado soviético, es quizás uno de los problemas más simples. Establecer la igualdad económica del trabajador y de la trabajadora en la fábrica, en el taller, en el sindicato, es un poco más difícil. Pero establecer la igualdad efectiva del hombre y de la mujer en la familia es un problema incomparablemente más complejo y que exige inmensos esfuerzos para revolucionar todo nuestro modo de vida. Y, sin embargo, es evidente que hasta tanto no se haya implantado la igualdad entre hombre y mujer en el seno de la familia, no se podrá hablar seriamente de su igualdad en la producción ni tan siquiera de su igualdad política, pues si una mujer está sujeta por la familia, la cocina, la limpieza y la costura, sus posibilidades de actuar en la vida social y en la vida del estado quedan reducidas al mínimo.”
León Trotsky. “Sobre la vida cotidiana” 1923.
