Equidad entre géneros: asignatura pendiente (Texto argumentativo elaborado por una alumna de 3º de ESO)

Teóricamente, mujeres y hombres tenemos los mismos derechos y obligaciones. Tenemos una igualdad legal, cierto, pero no real.

Hace apenas 80 años las mujeres no tenían derecho al voto, eran educadas para someterse al hombre y a lo que él quisiera y eran destinadas únicamente a los trabajos domésticos y a los hijos. Hay cosas que han cambiado, pero no lo suficiente.

En España desde el año 2003 hasta el 2016 han muerto 487 mujeres por violencia de género según los datos oficiales del Instituto de la Mujer y de la Delegación del Gobierno para la Violencia de Género.Las cifras de denuncias han aumentado en el último año, llegando a 33.600 víctimas de violencia de género, un 8,8% más que en el 2015.

Desde 2009, se han registrado en el país más de 8.200 agresiones sexuales, es decir 3 al día, una cada ocho horas. Pero las cifras no acaban aquí.Según un estudio de la Secretaría Confederal de la Mujer de CC.OO, el 18, 3% de las mujeres españolas ha sufrido acoso sexual, y el 50, 4% de las trabajadoras ha padecido acoso ambiental, es decir, chistes de contenido sexual, comentarios despectivos o burlescos sobre su vestimenta y cuerpo, etc.

El ámbito laboral tampoco está a salvo de esta desigualdad. La brecha salarial se sitúa en torno al 20%, y hay una gran dificultad para acceder a los puestos directivos.

Y si abandonamos los datos del Estado Español y vemos los mundiales, el asunto se agrava.

Todas las regiones desarrolladas han conseguido (o casi) la igualdad de género en la educación. Sin embargo, en muchos países, la disparidad entre los sexos aumenta en la educación secundaria y superior. Por cada 100 niños escolarizados, hay 64 niñas. En 1993, las Naciones Unidas estableció la Declaración sobre la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres para reducir la desigualdad entre los sexos. Sin embargo, 24 años después, 1 de cada 3 mujeres sigue sufriendo violencia física o sexual. Alrededor del 50% de las mujeres de todo el mundo tiene un empleo remunerado, y esta cifra se incrementa en un 40% desde la década de los 90. Aun así, las mujeres ganan entre un 10% y un 30% menos que los hombres por realizar el mismo trabajo. El porcentaje de féminas en los parlamentos se ha duplicado, pero siguen ocupando tan solo un 22% de las y los parlamentarios.

Ahora te pregunto: ¿crees que eres machista? Probablemente tu respuesta será no, porque el patriarcado parece que es cosa del de al lado. Pero una gran parte de esta supremacía es inconsciente y se nos enseña desde que nacemos. La publicidad y los medios de comunicación han incentivado la visión de la mujer como un objeto, la sobrevaloración del cuerpo y la generación de estereotipos y cánones de belleza.

El micromachismo es el machismo cotidiano y “aceptado” por la sociedad. Algunos ejemplos son algunas campañas publicitarias donde se promocionan aspiradoras bajo la frase “Mamá tu eres la mejor”, la hipersexualización de la mujer al utilizar cuerpos femeninos para vender cualquier cosa o incluso en el propio lenguaje, como el masculino genérico, expresiones como “eres un nenaza” o “es un coñazo”, generalizar la humanidad a hombre, etc.

En conclusión, los hechos demuestran que aunque se va progresando, el proceso es muy lento. En pleno siglo XXI siguen habiendo malos tratos, asesinatos y un trasfondo social de machismo latente. El camino recorrido es importante, pero el que queda por recorrer es muy largo y se necesita mucha lucha constante para defender nuestros derechos y superar un comportamiento que parece estar insertado en la sociedad.

SRF Alumna de 3r ESO