Querida Vida:
A veces me pregunto por qué eres injusta con aquellos que no lo merecen y tan buena con quienes merecen lo contrario.
Pero esto no es una carta para quejarme de nada, todo lo contrario, sino para agradecerte las cosas buenas y malas que me has dado.
Gracias por los malos momentos, me has hecho aprender y crecer mucho.
También quiero agradecerte las cosas buenas, todo el mundo necesita descansar de las largas tormentas que nos haces sufrir.
A pesar de todo lo malo que requieres: Tiempo, muerte, tristeza, desamor… También tienes grandes aspectos: Felicidad, amor, satisfacción…
Nada es mejor que tú, vida. Siempre he pensado que eres el mejor regalo. Me siento afortunada de tenerte. Juntas hacia un fin desconocido,
Tu fiel compañera.